Las tijeras y la manga

Tengo que decir que debido a todo lo que me pasaba yo estaba completamente incapacitada para socializar, tenía pavor de las personas y todos se burlaban de mí, no tenía ni un solo amigo en la escuela, me disgustaba tanto ir que no ponía atención a las clases lo que me causaba problemas con los maestros, mi rendimiento era muy bajo, no pasaba de 6 o 7, mis compañeros siempre se referían a mi como la tonta, la inútil, la fea.

En los trabajos en equipo era yo la que siempre servía de relleno ya que nadie me invitaba a ser de su equipo, era una estúpida, una niña tonta, inútil y estúpida, no sabia hacer absolutamente nada, no sabia matemáticas o geografía. Por la falta de amigos empecé a imaginarme y crearme un mundo en el que si tenía amigos, un mundo que poco a poco fue haciéndose más y más complejo hasta que llegue al punto de perder la cordura creyendo que era real, pero aun no hay lugar para hablar de eso.

La cosa es que en mi afán de tener amigos, o mínimo creer que tenia empecé a meter mi cabeza en grupitos que ni sabían que existía, me volteaba atrás de la banca (ya tenia bancas individuales) y me quedaba volteada oyendo las platicas de los de atrás, algunos se alejaban de mi otros por lastima dejaban que oyera, y así me obsesione creyendo que eran mis amigos y mis calificaciones bajaron aun mas, así que llamaron a mi mama para decirle que iba muy mal por que “tenia muchos amigos” jajajaja ¡por dios! Era una rechazada social, la cosa es que amenazaron; o subía o me expulsaban, así la orientadora fue a mi salón y enfrente de todos me humillo diciendo que solo tenia una oportunidad y si no subía me sacarían, todos estaban contentos y querían que me largara de ahí, yo igual quería largarme, me regañaron ese día en mi casa, diciéndome que era la mejor escuela, que si quería una de gobierno; ¡¡bingo!! Eso quería que me sacaran de la escuela, ya no soportaba ir estaba harta.



Todas las mañana al levantarme le rogaba a dios con que un camión me atropellara y así jamás volver, quería morir ¿Por qué no me diste la oportunidad de morir dios? ¿Qué acaso tan mal te caía que te deleitaba ver como sufría?

Al final siempre era yo la que no ponía atención, me regañaban, cuando la maestra se iba dejaba alguien anotando a los que se portaban mal y obvio, siempre estaba yo ¿Cómo estaba en una lista de mala conducta si no tenia un solo amigo? Fácil, si me movía para levantar un lápiz ya me apuntaban, jamás entendí y aun no entiendo por que les caía tan mal, supongo que es por que era un error de la naturaleza, a mis 8 años yo ya sabia que era un error algo que jamás debió de haber nacido.

Me odiaba tanto que detestaba verme en los espejos y odiaba las fotos, cada vez que me obligaban a verme solo veía un mounstro un error una porquería de humano.

Alejandro se había hecho cargo de inculcarme y tatuarme que yo no servía para nada, que era una inútil, no tenia autoestima, ni felicidad alguna en mi persona, quería ser invisible que nadie me viera, empecé a usar el suéter lo mas grande que podía y jamás me lo quitaba tenia la idea (aun la tengo) de que con eso nadie me vería y me volvía invisible , usaba las mangas tan largas como se podía y se volvieron mi paño de lagrimas, esa era yo, sentarme en mi lugar, escuchar burlas, llorar y secarme las lagrimas con la manga de suéter.

Mi manga se convirtió en mi mejor amiga al final, ella era quien recibía todas mis lágrimas y mis mocos.

Un día un par de niños hablaban de mi y yo me hice como la que jamás lo oyó pero, fue tan claro que aun lo recuerdo, no se que decían pero uno al final dijo “si le pones una bolsa de sobritas en la cabeza ya se vería linda, esta bien fea” y mi nombre...

Ese tipo de comentarios se hicieron cada vez mas comunes hasta el grado en el que ya ni si quiera tenían la decencia de esconder sus palabras de mi, lo decían a grito abierto e incluso en frente de mi cara.

La cosa y volviendo al tema es que al final del año, con mucho esfuerzo logre un promedio de 8, y no es que me tuviera que esforzar por que era una estúpida que no entendía nada, al contrario ahora me doy cuenta de que soy bastante inteligente (ojala lo hubiera sabido antes), pero aunque alguien llegara y me dijera “eres inteligente” no lo hubiera creído, si estaba tan mal del promedio era por que en mi cabeza no había espacio mas que para las burlas que profanaban contra mi, jajaja que chistosa palabra profanar, ¿que significa profanar?: tratar algo sagrado sin el debido respeto...

Y si, aun sostengo que esa palabra es la indicada, era una niña, un humano que mínimo merecía un poco de lastima, eso quería lastima de alguno de ellos, ya ni si quiera pedía cariño, mis aspiraciones no llegaban a tanto, solo compasión, que me dejaran en paz, ¿Qué acaso no se daban cuenta de que me lastimaban, que no veían las lagrimas que salían de mis ojos a diario? Mi estabilidad emocional era sagrada en ese momento y no debían de tratarla así, así que si, profanaban contra mí...

El punto es que a parte de que no tenia ni una pizca de ganas de aprender en la escuela, me rebajaban al punto de que ni yo me creía capaz de pensar algo correcto, al principio, cuando un maestro hacia una pregunta yo alzaba mi mano para contestar, pero ellos solo se reían y decían cosas hirientes, yo bajaba la mano por que me convencían de que era estúpido lo que iba a decir, para darme cuenta después de era correcto. Hubo millones de veces que nadie se sabía la respuesta de varias cosas y yo la tenia , pero por miedo a que fuera incorrecta o que se burlaban no decía nada, con el tiempo aprendí a no alzar jamás mi mano, ni preguntar, si tenia una duda de algo me aguantaba y la investigaba después yo en los libros.

Ok volviendo fin de año, yo con mi impecable 8, estaba feliz de haberlo logrado y ese día era entrega de calificaciones así que mi mama fue por ellas, al final de darlas todas, la maestra se paro y dijo algo así: “ahora quiero darle un diploma a la señorita Alfaro, por que logro subir bastante de calificaciones a base de esfuerzos”; cuando dijo eso las miradas de los alumnos y padres se posaron en mi... con lo que odiaba que me miraran , en ese momento me sentí como un fenómeno de circo, mi mama solo dio las gracias y punto, en eso se acercaron Alejandro y Giovanna (Giovanna era la chica mas linda del salón, alta, rubia y ojos de color) el punto es que los dos me saludaron y me dijeron “felicidades, eres nuestra amiga mas inteligente” y me empezaron a hacer la plática e invitar a sus casas, mi mama estaba feliz de ver esa escena y yo aun desconcertada y estúpida me la trague, cuando mi mama se alejo Giovanna se me acerco y dijo: “ solo fuimos amables para que tu mama pensara que tienes amigos, pero jamás serás nuestra amiga, das lastima” y si esto es literal, jamás olvidare esas palabras y el como se alejaban de mi riéndose y diciendo “pobre” .

Muerte, eso era lo que quería muerte, era el golpe final para derrumbar mi castillo de cristal...

Paso el año... Alejandro se cambia de grupo o escuela jamás lo supe. Pero con la partida de Alejandro creí que la carga de mi existencia seria más liviana; gran error, me encontré con que aunque el ya no estaba los demás creían que pase de ser propiedad de Alejandro a propiedad del salón.

Odiaba educación física, la odiaba, siempre me escogían al ultimo o me dejaban rezagada, me molestaban, me decían groserías, me empujaban y cosas así, un día sentada en el recreo en las escaleras llego Imelda una niña tonta, se sentó a mi lado y me dijo “oye, ¿no odias a dios por que te hizo fea? “ No, no lo odio por eso, lo odio por que hizo gente mala como tu, gente que solo me lastima y humilla... ojala le hubiera dicho eso pero no le dije nada, solo me agache y llore.

Hablando de los recreos, Uff los recreos, eran la peor tortura que me podían aplicar, los odiaba con el alma, intentaba fingir siempre dolor de estomago para que la maestra me dejara quedarme en el salón, pero eso no duro toda la vida, así que tenia que salir... que demonios iba hacer una niña de 10 u 11 años (ya tenia 10 u 11 años de existencia) media hora libre en la escuela; fácil, ¡jugar¡ esperen... es que yo no era una niña normal de 10 años, era un maldito fenómeno, el punto es que al no tener amigos, mi primera opción era refugiarme en la biblioteca de la escuela, me sentaba en la mesita y ahí comía, pero como era obvio me tenían que correr, además de que las chicas de mi escuela me veían, cuando iban a la papelería me observaban con lastima y burla, así que decidí cambiar de lugar y empecé a recorrer toda la escuela, caminaba mi media hora libre por los tres pisos de la escuela y por el patio, hasta que tampoco me dejaron recorrer el colegio.

Ultima opción y la más desastrosa, el baño, si, el baño era lo peor y lo mejor para mi soledad, mi rutina era salir del salón, esconderme de que nadie me viera y correr como una prófuga al baño de las niñas, encerrarme, sentarme en el retrete con la tapa abajo y comer mientras escuchaba a las demás bajarle a la cadena del baño, era tétrica la imagen, desastrosa y asquerosa, cuando escuchaba que alguien que conocía se acercaba me subía por completo al retrete para que pensaran que no había nadie en el baño, al final cuando tocaba el timbre me aseguraba que nadie me viera y me escabullía al salón.

Para ese momento había adquirido una manía un tanto peculiar, en las clases cuando ya no soportaba la presión y las burlas tenia la costumbre de agarrar mis tijeras y empezar a tallarlas contra mis brazos hasta que quedaban rojos y ardían, me rascaba como loca y lo dejaba de hacer cuando mi piel se calentaba...

Poco después de eso un día en la televisión pasaban una película que jamás supe como se llamaba o que onda pero aunque solo vi 5 minutos de esa película me dejaron marcada de por vida sin saberlo, una chica se encerraba en el baño y empezaba a cortarse cruelmente sus muslos, la descubrían y decían “ella expresa su dolor así, erróneamente” con esa imagen y mi ya costumbre autodestructiva solo necesitaba un empujón para llegar al punto donde llegue años después.